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Hugo Mitoire

Criaturas Celestes

Criaturas Celestes

Queridos amigos,

Ya está a punto subirse a las estanterías de las librerías, mi nueva novelita, en este caso una de ciencia-ficción, CRIATURAS CELESTES. Por motivos ajenos a mi voluntad, el lanzamiento que debía hacerse el 23 de diciembre, ha sufrido una leve demora, que -yo creo- no durará más de unos diez o quince días. Para tranquilizar a los más ansiosos, aquí va el texto del primer capítulo. Saludos

Capítulo 1. Campo del Cielo

En Campo del Cielo, un desolado lugar en el interior del Chaco, los meteoritos, asteroides y cascotes en general caen como en ningún otro lugar del planeta. La cosa no es para menos, los nativos del lugar ya casi no pueden ni tomar mate tranquilos en el patio de su casa, salir a juntar las vaquitas o cultivar sus chacras. Hagan lo que hagan, siempre están pendientes —y la mayor parte del tiempo mirando hacia el cielo— de recibir en el coco, un brutal cascotazo proveniente del espacio sideral. Algunos se han comprado cascos metálicos, otros se han fabricado unos sombreros con palanganas y escupideras en desuso; los más humildes colocan su antebrazo a manera de protección cuando caminan a cielo abierto.

Han pedido intervención al gobierno para que solucione el problema o para que hagan algo y urgentemente, ya para detener, desviar o al menos, amortiguar esa pesada y peligrosa lluvia.

Un sábado a la mañanita, don Rigoberto Amarilla, un humilde agricultor del lugar, tomaba mate con su esposa en el patio, debajo de la fresca sombra de un paraíso. Sus niños jugaban y las gallinas picoteaban algunas miguitas o bichitos del suelo. De repente, comenzaron a escuchar un ruido grave y sordo, que poco a poco fue aumentando de intensidad. El hombre se paró y haciendo techito con su mano derecha sobre la frente, oteaba hacia los cuatro puntos cardinales y luego hacia el cielo, su mujer, sentada, interrumpió el cebado de la infusión y también se puso a mirar para arriba. Los chicos dejaron sus juegos y vinieron asustados donde sus padres. A los pocos segundos divisaron a lo lejos un helicóptero que empezaba a asomar sobre unos mogotes y venía en dirección a ellos. Ninguno en la casa esperaba visitas (...)

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